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Markus Ruppert
Naturópata y terapeuta de trauma

"Para mí, la manta terapéutica es indispensable. No quiero prescindir de ella ni en lo personal ni en mi trabajo. Es una herramienta importante y un recurso valioso."

¿Cómo conoció el concepto de mantas terapéuticas?

Por casualidad, encontré por primera vez el concepto de las mantas ponderadas en Internet. Me llamó la atención de inmediato y quise probarlo enseguida. Porque lo que otros investigan y afirman es una cosa, pero yo quería experimentar por mí mismo. Ahora toda la familia tiene una manta terapéutica y uso dos más en mi consulta y en seminarios de abrazos. También los participantes en las veladas de abrazos recurren gustosamente a esta forma "no crítica" y segura de cercanía corporal cuando prefieren estar solos consigo mismos.

¿Cómo percibe usted el uso de una manta con peso?

La manta de peso me da estabilidad y apoyo. Mi cuerpo se siente envuelto y siento de inmediato cómo calma mi sistema nervioso. “Seguridad” es probablemente la mejor palabra, aunque es realmente difícil poner en palabras todo lo que sucede. La corriente bajo la piel desaparece de inmediato, los músculos se relajan y todo en mí se vuelve ligero. A veces es demasiado para mí, entonces simplemente empujo la manta pesada a un lado y la uso como almohada para dormir de lado.

Estoy especialmente entusiasmado con la nueva manta ponderada Premium Balance. Aquí las bolitas ya no se desplazan y la manta envuelve mi cuerpo de manera homogénea. Hice un descubrimiento bastante divertido cuando llevé mi manta ponderada de viaje. En los hoteles a menudo sufro por camas demasiado pequeñas. Para encontrar tranquilidad por la noche, a mi cuerpo le ayuda tener mucho espacio. Una cama individual de hotel es garantía de una noche sin dormir. Sin embargo, con la manta ponderada (12 kg) pude calmarme tanto que encontré sueño incluso en la cama más pequeña.

¿En qué áreas médicas considera usted que es útil el uso de mantas terapéuticas?

Como terapeuta de trauma, siempre tengo la manta terapéutica al alcance. Las personas que han vivido eventos abrumadores y formativos a menudo pierden el “suelo bajo los pies”, es decir, el acceso a la sensación de la gravedad. Les falta el contacto con el suelo y literalmente se elevan. Los ataques de pánico son un ejemplo de este “disparo hacia arriba”, pero también la mayor disposición a reaccionar, el aumento del tono simpático y la presión arterial, etc.

Una paciente (91 años) sufría de estados de excitación masiva. El trasfondo fue la pérdida de su esposo tras más de 60 años de matrimonio. La manta con peso pudo estabilizarla y muchas de sus molestias se aliviaron. 

También la pérdida subjetiva de los límites corporales propios es una indicación importante que me lleva a usar la manta. Los ámbitos de aplicación son muy variados. Dejo que mis pacientes o participantes del seminario prueben por sí mismos y experimenten cómo se sienten con un poco más de peso y delimitación corporal. Al principio, solo poner una parte de la manta sobre el regazo o envolverse completamente con ella. Muchos ya preguntan por ella en la siguiente sesión por iniciativa propia.

Su conclusión desde un punto de vista personal o médico

Para mí, la manta terapéutica es indispensable. No quiero prescindir de ella ni en lo personal ni en mi trabajo. Es una herramienta importante y un recurso valioso, ya que sé cómo el uso de la manta terapéutica me calma de manera segura. Debido a las muchas experiencias que he tenido con pacientes, considero valioso informar que la manta no tiene que usarse constantemente y que cada persona tiene su propio tiempo de uso personal. Algunos se sienten muy bien con solo 10 minutos bajo la manta, otros duermen toda la noche con ella.

Sobre las mantas terapéuticas